jueves, 14 de noviembre de 2013

LA FÁBULA EN ROMA

LA FÁBULA. FEDRO

La fábula es una breve composición literaria en verso o prosa, cuyos personajes son, en general, animales u objetos inanimados que se comportan como humanos y reflejan así los vicios y defectos de los hombres. Intenta demostrar una verdad moral con una moraleja al principio o al final.

En Grecia surge la fábula como reacción ante la poesía de tono elevado y solemne. Los rapsodas repetían su repertorio épico de ciudad en ciudad, de corte en corte. Frente a la epopeya, que representaba el lado noble, aristocrático y heroico de la vida y cuyos personajes eran los héroes y los dioses, la fábula reflejaba el reverso de esa vida, el transcurrir mediocre y vulgar de todos los días. Sus personajes no son los dioses ni los héroes, sino los hombres vulgares, insignificantes.

Su origen remoto es probablemente oriental. La paternidad de la fábula como género literario se atribuye a Esopo, griego del siglo VI a. de C.: por él, la fábula de animales se denomina «fábula esópica»
En su conjunto, las fábulas esópicas constituyen una especie de reivindicación satírica del pueblo humilde frente a los privilegiados. Probablemente fue este espíritu el que atrajo a Fedro hacia este tipo de literatura, en un momento en que ya no se podía expresar con entera libertad lo que se pensaba. Por eso, hará hablar a los animales, portadores de la opinión callada de una gran mayoría silenciosa, ausente de toda participación en la administración del Estado y cada vez más segregada de la alta sociedad de la época imperial.

FEDRO

El género fabulístico fue trasplantado a Roma por Gayo Julio Fedro (15 a.C.-55 d.C.), un liberto nacido en Macedonia que había llegado en su juventud a Roma como esclavo de Augusto, quien finalmente le dio la libertad en consideración a su elevada cultura. Probablemente se dedicó a maestro de escuela y el hecho de que en éstas se hiciera aprender a los niños las fábulas esópicas, pudo haber influido en el nacimiento de su vocación literaria.
En los dos primeros libros que publica, el ministro de Tiberio se sintió criticado, por lo que fue desterrado y se le prohibió seguir publicando.
Cuando murió este ministro, Fedro regresó a Roma y reemprendió su actividad literaria, criticando con sus fábulas los vicios de la sociedad romana.
Los 5 libros comprenden 143 composiciones, la mayoría con animales como protagonistas y con su correspondiente moraleja.
Son claramente imitación de Esopo y él mismo así lo advierte en el prólogo del libro primero, en el que, además, manifiesta su propósito al escribir fábulas: divertir y enseñar.
Sus fábulas constan generalmente de un relato breve y una moraleja, que unas veces precede y otras sigue a la narración central.
Su estilo es claro, conciso y sin grandes adornos retóricos.
El tema de opresión del débil por el poderoso es en él algo obsesionante y constante.

La fábula constituyó un género literario muy popular a lo largo de toda la Edad Media, ya que recurrían a ella tanto los escritores satíricos como los moralistas y oradores sagrados. Entre los seguidores modernos de este género literario destacan el francés La Fontaine y los españoles Tomás de Iriarte y Félix Mª Samaniego.

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