LA
FÁBULA. FEDRO
La
fábula es una breve composición literaria en verso o prosa, cuyos
personajes son, en general, animales u objetos inanimados que se
comportan como humanos y reflejan así los vicios y defectos de los
hombres. Intenta demostrar una verdad moral con una moraleja al
principio o al final.
En
Grecia surge la fábula como reacción ante la poesía de tono
elevado y solemne. Los rapsodas repetían su repertorio épico de
ciudad en ciudad, de corte en corte. Frente a la epopeya, que
representaba el lado noble, aristocrático y heroico de la vida y
cuyos personajes eran los héroes y los dioses, la fábula reflejaba
el reverso de esa vida, el transcurrir mediocre y vulgar de todos los
días. Sus personajes no son los dioses ni los héroes, sino los
hombres vulgares, insignificantes.
Su
origen remoto es probablemente oriental. La paternidad de la fábula
como género literario se atribuye a Esopo, griego del siglo VI a. de
C.: por él, la fábula de animales se denomina «fábula esópica»
En
su conjunto, las fábulas esópicas constituyen una especie de
reivindicación satírica del pueblo humilde frente a los
privilegiados. Probablemente fue este espíritu el que atrajo a Fedro
hacia este tipo de literatura, en un momento en que ya no se podía
expresar con entera libertad lo que se pensaba. Por eso, hará hablar
a los animales, portadores de la opinión callada de una gran mayoría
silenciosa, ausente de toda participación en la administración del
Estado y cada vez más segregada de la alta sociedad de la época
imperial.
FEDRO
El
género fabulístico fue trasplantado a Roma por Gayo Julio Fedro (15
a.C.-55 d.C.), un liberto nacido en Macedonia que había llegado en
su juventud a Roma como esclavo de Augusto, quien finalmente le dio
la libertad en consideración a su elevada cultura. Probablemente se
dedicó a maestro de escuela y el hecho de que en éstas se hiciera
aprender a los niños las fábulas esópicas, pudo haber influido en
el nacimiento de su vocación literaria.
En
los dos primeros libros que publica, el ministro de Tiberio se sintió
criticado, por lo que fue desterrado y se le prohibió seguir
publicando.
Cuando
murió este ministro, Fedro regresó a Roma y reemprendió su
actividad literaria, criticando con sus fábulas los vicios de la
sociedad romana.
Los
5 libros comprenden 143 composiciones, la mayoría con animales como
protagonistas y con su correspondiente moraleja.
Son
claramente imitación de Esopo y él mismo así lo advierte en el
prólogo del libro primero, en el que, además, manifiesta su
propósito al escribir fábulas: divertir y enseñar.
Sus
fábulas constan generalmente de un relato breve y una moraleja, que
unas veces precede y otras sigue a la narración central.
Su
estilo es claro, conciso y sin grandes adornos retóricos.
El
tema de opresión del débil por el poderoso es en él algo
obsesionante y constante.
La
fábula constituyó un género literario muy popular a lo largo de
toda la Edad Media, ya que recurrían a ella tanto los escritores
satíricos como los moralistas y oradores sagrados. Entre los
seguidores modernos de este género literario destacan el francés La
Fontaine y los españoles Tomás de Iriarte y Félix Mª Samaniego.
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